sábado, 2 de enero de 2010

Florida y Corrientes

La vas a ver pasar, y la llamarás "aquella".
Te vas a detener a observarla en el semáforo,
tomando nota de su bolsa, que la delata lectora.
El volante devenido bollo que abriga en su mano
te dirá que lo prefiere allí que en el suelo.
La tarjeta magnética, estampada y prendida al cinturón
la presentará como exitosa luciernaga de oficina.
La delgada linea blanca de su hombro, la promete
como enemiga de las sombras, seguidora de solares.
Los tacos ausentes, el brillo en su nariz, la tinta en su tobillo,
prefiguran la frescura que revelará su perfume a jazmín.
Verás como se acerca al cordón, y mira a ambos lados,
como calcula el paso del tiempo sin mirar su reloj.
Notarás que la ciudad no le modifica el ritmo,
que sus pulseras marcan el compás al tempo de sus bucles.
La vas a ver pasar, y la llamarás "aquella".