miércoles, 29 de junio de 2011

Arrebato de paciencia

Me detuve,
a escucharte entre tanto ruido,
a sentir el tacto de tus dedos
enredándose a los míos.

Harto de palabras,
muerto de frío,
ávido de pasado,
de lo que nunca ha sido.

Me senté a tu orilla,
y me tocó los pies la espuma,
me tomé un café con tarde,
y el silencio fue de Luna.

Hice un guiño a mi "no digas",
y el oído supo qué escribir,
que pederse en una rima
huele mejor que decir.

Quedé ciego de ver todo,
que es lo mismo que no ver,
el ruido de tus zapatos,
me mostró por dónde ser.

Cambié versos por verbos,
cambié el ritmo por latir,
cambia todo cuando cambias
el decir por el sentir.

domingo, 26 de junio de 2011

A las cinco de la tarde (que me perdone Lorca)

A las cinco de la tarde
sentí que se rompió un sueño,
supe lo que es ser de abajo,
supe lo que es estar lejos.

A las cinco de la tarde
cuando no hubo palabras,
cuando fue todo tristeza
fue la hora más amarga.

Lloré y sufrí con tu nombre,
a las cinco de la tarde,
descendí hasta los infiernos,
me acordé de los cobardes.

A mis cinco de la tarde,
le faltó tan poco y tanto,
a mis cinco de la tarde,
te incluí en mi diccionario.

Palabra cruel desalmada,
llena de odio y de carne,
te prometo que si vuelvo,
vuelvo con toda mi sangre.

Vuelvo como vuelve el Fénix,
que se levanta del fuego,
que vuelvo a ser lo que fuimos,
con River hasta mi entierro.

martes, 21 de junio de 2011

Sabor a Invierno (La mirada)

Una mirada sola no es nada,
las miradas se necesitan,
buscan compañía,
se esperan unas a otras.

La mirada solo es si se comparte,
si encuentra en su trayecto
-perdida en el espacio-
otra que la acompañe.

Las miradas no respiran,
pero siempre están al aire,
no se saben esconder,
la mirada siempre es mirada.

Una mirada se devuelve,
como un favor, como un beso,
como un insulto, y, como un golpe
hay miradas que duelen.

La mirada que no es mirada
deja lugar a la duda,
y la duda duda de todo,
menos de su certeza de duda.

La mirada es quizás,
dubita entre el quiero y el debo,
la mirada sabe,
oscila entre el miedo y el puedo.

martes, 14 de junio de 2011

Se busca

Se solicita información,
paradero, dirección,
de un muchacho medio loco,
se apellida Corazón.

Se lo vio, para variar,
paseando solo por el bar,
persiguiendo una pollera,
busca musas a rabiar.

Se oculta tras unos Ray Ban
porque no quiere mostrar
que está todo magullado
de tanta caída mal.

Lleva un tatuaje que dice
varios nombres de dolor,
los pintó con acuarela,
pero a fuego se marcó.

Esta un poco malgastado,
muchas veces le dolió,
tiene cortes, raspaduras,
cachetazos y temor.

Late al ritmo de la vida,
y él es pura confesión,
tiene cosas que recuerda
que la gente se olvidó.

No le gusta soportar
la vida que le tocó,
es más grande que el espacio
que mi pecho reservó.

Se fue quién sabe dónde,
por favor contéstenme,
porque es buena compañía
aunque no lo traten bien.

Es un cómplice perfecto,
mi apurado corazón,
le gusta querer de prisa,
esa es su peor condición.

Esta hecho de regalos
que no le quisieron dar,
se los inventó con besos
que no supo suplantar.

Se ha extraviado por la noche,
mi locura lo buscó,
se ha perdido ante tu boca,
mi travieso corazón.