martes, 29 de mayo de 2012

Gramática

Si he de ser Hombre, quítame la hache.
Una letra que no habla,
que se tiñe de mayúscula
solo para verse al espejo,
y no se atreve a hacerse oír.
Sacúdeme las haches,
vanidosas, estruendosas,
onomatopéyicas y silenciadas,
In-mudas, inmóviles y constantes.
Invítame a otras letras,
dime Rombre, con R de roble,
y hazme fuerte, y fuente de refugio.
O quizás de risa,
y hazme débil a las caricias de tus dedos.
Dime Mombre, y recuérdame a la M,
de mañana, que es lo mismo que decir "nosotros".
Tal vez la N, y dame un Nombre,
una razón para voltear cuando me llames.
O déjame así, indefinido, insurrecto,
impertinente, inexacto e incorrecto.
Que ser hombre no es tenerlo
y haber aprendido a usarlo,
es ponerle sonido a ese inicio,
es plantar margaritas,
y no conformarse con deshojarlas,
es no saber qué es, pero ser siendo,
o ciendo, con C de contigo.

jueves, 10 de mayo de 2012

Solo (pequeña biografía autorizada)

Estuve solo, y tuve tiempo
de penar por estar vivo,
pidiéndome disculpas
por entregar el corazón
perdiéndose el acuse de recibo.

Hoy la tos que trae el humo,
se ocupa de hacerme recordar:
la infancia, el asma y mi vecina Soledad.
Tiempo ajeno al que no quiero volver,
cuando soñando prometí evitar caer.

Y caigo hoy en la cuenta
de que siempre me quise ir,
porque no tengo un buen lugar para volver.
Y tu "no", no es tuyo, es el de otras,
y el recuerdo duele más que no poder.

Un reloj que se cruza de piernas
entre las cinco y las seis,
me encuentra tiritando
y trae consigo el miedo a ayer,
y una risa que se apaga sin querer.

Ya no soy un niño,
pero sigo, aunque me duela,
dependiendo de tu oído,
para que tenga algún sentido
que te diga, lo que sea que te digo.

Y ahogo en malos chistes,
en abrazos, en amigos,
el miedo que me da que sin aviso
un día me despierte estando solo,
sin deseo, sin amor. Y sin permiso,

me doy a la idea de hacer camino,
desafiando a la ironía y al azar,
confundiéndose el pasado y el destino,
subiéndome al corcel de la utopía,
dejando atrás al chico, acercándome a una rima.

Y me queman las dudas, pero alejan las certezas,
alimento con lecturas y promesas
a bandadas que me ocupan la cabeza,
y persigo una promesa, un "quizás", un mediodía,
un futuro de tus manos acercándose a las mías.

Una carta que devora una botella,
y que llega a las orillas de tu cama,
donde pueda hacer de puerto tu cintura,
y de punto de llegada mi locura,
que se enreda con la tuya en la mañana.