domingo, 29 de enero de 2012

Mi penúltima poesía

Mi penúltima poesía
no va a hablar de cicatrices,
ni de amor desamorado,
ni de urgencias o deslices.

No va a ser, les aseguro,
desnudez de mis complejos,
mucho menos una oda
dedicada a los espejos.

La penúltima que escriba
no va a ser de corazones,
o pasión desenfrenada
en impacientes ascensores.

Mi penúltima canción,
no está escrita en RE mayor,
ni va a ser catalogada
de las peores la mejor.

Mi penúltimo verso
me va a describir "don nadie",
y a tirar por estribor
mis mentiras y mis fraudes.

La impostura de valiente
que me enseñó Jean-Paul Sartre,
va a servir de mal ejemplo
a canallas y a cobardes.

Mi penúltima poesía,
no la va a dictar la diestra,
ni la tinta rojo sangre
que a las otras escribía.

Va a ser graffitti en el baño,
de cualquier sucia estación,
entre el vaho enmohecido
del pasado y el rencor.

Mi penúltima poesía
no la escribo para nadie,
ni para que se haga eco
de mi nombre Buenos Aires.

La firmará un tal Leandro
que nunca supo escribir,
que eligió dejar el lapiz,
malviviendo de aprendiz.

martes, 24 de enero de 2012

No te dejo de elegir

Me enseñaste a chamuyarme a la verdad
para ver si le sacaba una sonrisa.
Me enseñaste la amistad
que se esconde en el revés de una caricia.

Me enseñaste -casi todo-
lo que se puede enseñar,
me enseñaste a sumar y a restar:

A sumar nuevos abrazos,
a hacer cuentas y restar viejos fracasos.
Me enseñaste que hay que ponerle actitud,
que la vida está por dentro y no le gusta el ataúd.

Me enseñaste que la culpa no es amiga,
y que si hago de las mías tengo que poner la "face",
y reírme del derrumbe y las bondades del fernet.

Me enseñaste que las gatas,
sobre todo esas con botas,
no te abrazan, y te dejan en pelotas,
de propina queda la cara de idiota.

Y que no hay peor pecado
que olvidarse de poner el corazón,
me enseñaste que siempre hay alguna opción.

Me enseñaste, a las trompadas,
a buscar eso que me hace diferente
sin que importe lo que me diga la gente,
a mi me basta tu opinión.

Me enseñaste a no estar solo,
si te tengo de mi esquina
no hay peligro de knock-out.

Me enseñaste la verdad de la bondad,
y la piedad de las mentiras,
sos mi hermana pero la jugás de amiga,
y por mi parte no te dejo de elegir.

No las dejo de elegir.

lunes, 2 de enero de 2012

Rimas a tu desconfianza

Cargando en mi presente,
con las culpas del ayer
de algún otro inconocido,
que el dolor te hizo saber.

La desconfianza te come los labios,
y la impaciencia mi cabeza,
cada pregunta es un engaño,
en las respuestas no hay certeza.

No me das tiempo de mentir,
cómo esperás que haga lo propio,
si cada vez que te hablo en serio
la vas de cínica anti-novios.

Tengo un ayer, te lo confieso,
le hice un poema a más de una,
fidelidad solo al deseo,
la noche entera es de la Luna.

Pero hoy no vengo a chantajear
a tu confianza con consejos,
cursilerías de arrepentido,
voy del papel hasta los hechos.

Me tenés casi siempre en jaque,
arriesgo torres y peones por vos, reina,
pero está lleno de sangre mi tablero,
ya es la hora de que plantes tu bandera.

Y te atrevas a saltar hacia el "quién sabe",
y deshojes margaritas siempre impares,
que el amor es la ruleta, sumo y sigo,
y de hambre mueren los besos cobardes.

No me digas "buena suerte", ni "hasta luego",
no me alquiles mi "te quiero" a plazo fijo,
no me sepas de memoria el argumento,
deja que te toque el alma mi estribillo.