lunes, 22 de noviembre de 2010

El precipicio de tu boca

Me crucé en tu mirada clara,
oí la luz del humo que te toca,
y decidí que en ese instante
saltaría al precipicio de tu boca.

Dejé en cada rincón de mi silencio,
las palabras que cayeron como gotas,
llené cien partituras con abrazos,
convertidos en acordes y en estrofas.

Puse fin a mi desvelo, tantas noches,
esperando cruzarte en algún sueño,
sentí quebrarse tu voz en la parada
mientras hablabas de tu amor y de su dueño.

Y me enteré de cuánto llanto,
puede habitar dentro de un puño de camisa,
y me aprendí la cruel lección de mi destino,
cuando no hallé tu corazón, solo tu risa.

Derrumbé planes, borré pisadas y sonrisas,
hice una tumba callada de mi vida,
porque supe que perderte era el camino,
y que el amor nunca será algo que se pida.

Sol, que se hizo Luna y se hizo estrellas,
te hablo de ésto que no es nada, pero pesa.
Te hablo de mi, con la garganta hecha un nudo,
te hablo de vos, te hablo de entrar en tu mundo.

Cuidando de no hablar, de no decírtelo todo,
de encontrar la forma, de preguntarte cómo.
Que intentes el olvido, y te olvides de olvidarme,
que quieras, y tal vez pida mucho, quizás amarme.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Veranos, Verdades y Verona


Veraneamos una noche ahí en Verona,
me conseguiste la necesaria "casa sola",
me serviste la aventura hecha colchón,
me enseñaste qué hay detrás del esternón.

De Sahara el 102 a Montes de Oca,
de tu esquina de Barracas a La Boca.
Mis causas pérdidas y tus consejos,
mis cartas a Fliess, por mensaje de texto.

Reina ella, del ambo y del filoso bisturí,
me cosiste las heridas, me enseñaste a decidir.
Me tomaste el pulso, el tiempo y la mano,
no te vayas amiguinha, te lo pido, de mi lado.

sábado, 20 de noviembre de 2010

A la dama de Agosto


Mi caramelo de sonrisa y endorfina,
mi cable a tierra cuando voy a la deriva.
Mis indecisiones y mis aciertos,
mi fiel amiga y mi pretexto.

Mi fantasía, mi locura y mi rima,
abrazo fuerte a mi autoestima.
Mi charla de facultad y pasillo,
mi alumna del Edipo y cigarrillo.

Mi entereza y mi entrega,
mi amanecer en el mar,
mi poema y mi canción,
de ella estos versos y mi corazón.

jueves, 18 de noviembre de 2010

00:00

A la hora en que Cenicienta
perdía su zapato de cristal,
cuando párpados y persianas,
tienen lo mismo que contar.

A la hora en que la botella,
se baila un vals con el cordón,
y se refugia en su guarida,
tras la fuga algún ladrón.

A la hora en que las sonrisas
tienen gusto a ser de ayer,
y se reservan la alegría
los que se quieren sin querer.

A la hora en que el reloj
vuelve de nuevo a empezar,
y la poesía encuentra rima,
y el poeta su disfraz.

A la hora en que el canario
se ha cansado de cantar,
y planea la manera
de huir por ese ventanal.

A la hora en que las ganas,
tienden siempre a conjugar
los verbos más divertidos
con las ansias de sudar.

A la hora en que los versos
quieren decir la verdad,
y la Luna está dormida
y no se quiere despertar.

A la hora en que despierta
la acuarela del pintor,
y la realidad es sueño,
y se hace el perfume canción.

A la hora en que el inconciente
prende la última luz,
y el arrepentido no sufre,
y no pesa tanto su cruz.

A la hora en que el olvido
es la estrategia peor.
A la hora de acordarse
de preguntar ¿qué es mejor?

lunes, 8 de noviembre de 2010

Preguntale a tus amigos

Firmé el acta de defunción
de una historia de más de dos,
donde opinan tus amigos,
con muy poca precisión.

Que soy muy tierno para un rato,
que soy muy poco pa' después,
que no tengo alma de pirata,
que me he enganchado sin querer.

Que tengo pensamientos raros,
que hago encuestas sin parar,
que me gusta tomar del pico,
y que siempre me pega mal.

Que doy mil vueltas cuando explico,
que no me gusta esperar,
que no se viajar en subte,
y que me llama mi mamá.

Que no estoy para tu ritmo,
que soy más bajo, pa' variar,
que cuando te miro fijo,
se nota mucho, "hay algo más".

Que soy poeta eso lo admito,
que el amor fácil se me da,
que cuando te veo suspiro,
y que aún borracha me gustas.

Si te importa el "qué dirán",
más que lo que vos me ves,
hay muy poco para hablar,
mucho para componer.

Preguntale a tus amigos,
qué hago yo cuando no estás,
si te dicen que te extraño,
a lo mejor eso es verdad.

Poco o mucho igual te quiero,
pero es hora de guardar
los sentimientos en un frasco,
el corazón en el placar.

Entre letras se enterró
esta historia de más de dos,
cuando falten tus amigos,
dalo por hecho, yo no estoy.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Se finì (rocanrol a manera de descargo)

Todo honesto sabinero
tiene siempre a esa Princesa,
una pena, una certeza,
una herida siempre abierta.

Es cuestión de hacer memoria,
hacerse mal es un placer
que no es para cualquiera,
que no es fácil de entender.

Yo queriendo armar futuro,
y vos armar uno de flores,
yo dándote mi vida toda,
y vos solo decepciones.

Yo enroscado a tus promesas,
vos queriéndolas creer,
yo perdiendo la cabeza,
el tiempo, el cuerpo y el deber.

Yo diciéndote "ya basta",
vos sin ganas de parar,
si el que sabe jugar limpio,
nunca sabe bien ganar.

Vos y tu as bajo la manga,
comodín de libertad,
que me perdone Sabina,
para mi eso es engañar.

No tenés lo que yo busco,
vos no lo sabés dar.
Yo te di lo que más pude,
no lo quisiste, da igual.

Vale más en la balanza
para mi y para mi amor,
el perderte que encontrarte,
el olvido que el perdón.

En tu cajón una reserva,
acompañante de salón,
se acabó lo que se daba,
como ahora esta canción.