A la hora en que Cenicienta
perdía su zapato de cristal,
cuando párpados y persianas,
tienen lo mismo que contar.
A la hora en que la botella,
se baila un vals con el cordón,
y se refugia en su guarida,
tras la fuga algún ladrón.
A la hora en que las sonrisas
tienen gusto a ser de ayer,
y se reservan la alegría
los que se quieren sin querer.
A la hora en que el reloj
vuelve de nuevo a empezar,
y la poesía encuentra rima,
y el poeta su disfraz.
A la hora en que el canario
se ha cansado de cantar,
y planea la manera
de huir por ese ventanal.
A la hora en que las ganas,
tienden siempre a conjugar
los verbos más divertidos
con las ansias de sudar.
A la hora en que los versos
quieren decir la verdad,
y la Luna está dormida
y no se quiere despertar.
A la hora en que despierta
la acuarela del pintor,
y la realidad es sueño,
y se hace el perfume canción.
A la hora en que el inconciente
prende la última luz,
y el arrepentido no sufre,
y no pesa tanto su cruz.
A la hora en que el olvido
es la estrategia peor.
A la hora de acordarse
de preguntar ¿qué es mejor?
El olvido es la estrategia peor......
ResponderEliminarPor supuesto, no hay que olvidar.
ResponderEliminarEntre tantas otras cosas, no hay que olvidar lo que nos hizo mal, y así tratar de no cometer más de una vez el mismo error.
"Porque el perfume se hace canción,
y la canción melodía,
y la poesía tiene emoción,
y a veces no encuentra rima.
Pero pocas cosas quedan,
a decir verdad, ya nada,
preferible usurpar frases,
y que te usurpen la almohada.
Si total todo ha pasado,
y del dolor ya no me acuerdo,
el sufrimiento es pal' velorio,
y mis poesías recordatorios..."