miércoles, 5 de enero de 2011

A Federico García Lorca, por tanto...

Dedicado a mi poeta preferido, una de mis más grandes fuentes de inspiración, y aspiración...

Pintando poesía

Dalí pintaba dormido
entresoñando despierto,
con Gala y con Federico,
de Buñuel el descontento.

Cuentan los históricos chismes
que en los fervorosos veinte,
en la residencia española
ardían cabezas y vientres.

Dando odas el granadino,
hacía suspirar pinceladas
al artista que en el lienzo
a su inconciente plasmaba.

Regañándolo a García,
tras leer su romancero,
le dijo aquel del bigote
curvado a base de huevo:

Deja de escribir romances,
que tu también eres genio,
y ahora es el surrealismo,
de la genialidad el movimiento.

Quedó como resultado
de tan magnifico acierto,
poetas en "nuevayores"
y un Federico sediento.

Sudando tinta en papeles,
rimando sueños con verbos,
da lugar al consejo
de aquel Dalí descontento.

La guerra civil derrumba
aquel amor de intelectos,
Rivera era casi un Primo,
pero primó el desconsuelo.

Una fosa común hoy guarda,
perdido allí por Granada,
al poeta ese que un día,
cuando sonaron las armas,

se declaró hermano del mundo,
se declaró amante del alma,
y con tres balas no pueden
acallar tales palabras.

Por "maricón" condenado,
dueño de prosa inimitable,
hizo llorar a la viuda,
a la novia y a la madre.

Hizo llorar a Dalí,
hizo lo que no hizo nadie,
conmovió a la roca viva,
hizo escultura un semblante.

Su real surrealismo
travieso amparo de risa,
con su cabello a dos aguas,
y por pluma una caricia.

Que se muera la muerte, Lorca,
la que te llevó ese día,
que se case Bernarda Alba,
y el ramo es para Rosita.

1 comentario:

  1. Me fascinó!!! Hermoso todo lo que escribís, este en particular me cautivó. Gisele.

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