domingo, 29 de enero de 2012

Mi penúltima poesía

Mi penúltima poesía
no va a hablar de cicatrices,
ni de amor desamorado,
ni de urgencias o deslices.

No va a ser, les aseguro,
desnudez de mis complejos,
mucho menos una oda
dedicada a los espejos.

La penúltima que escriba
no va a ser de corazones,
o pasión desenfrenada
en impacientes ascensores.

Mi penúltima canción,
no está escrita en RE mayor,
ni va a ser catalogada
de las peores la mejor.

Mi penúltimo verso
me va a describir "don nadie",
y a tirar por estribor
mis mentiras y mis fraudes.

La impostura de valiente
que me enseñó Jean-Paul Sartre,
va a servir de mal ejemplo
a canallas y a cobardes.

Mi penúltima poesía,
no la va a dictar la diestra,
ni la tinta rojo sangre
que a las otras escribía.

Va a ser graffitti en el baño,
de cualquier sucia estación,
entre el vaho enmohecido
del pasado y el rencor.

Mi penúltima poesía
no la escribo para nadie,
ni para que se haga eco
de mi nombre Buenos Aires.

La firmará un tal Leandro
que nunca supo escribir,
que eligió dejar el lapiz,
malviviendo de aprendiz.

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