A veces vuelvo a casa la mañana después,
y el invierno me conversa esperando el colectivo,
y a las pocas hojas que quedan en los árboles
las uno, imaginando constelaciónes amarillas, anaranjadas.
Y no tengo sueño, ni prisa, ni amores perros,
ni añoro el otoño, ni lo que alguna vez fuimos.
El agua que corre por el cordón de la vereda
parece más agitada que de costumbre,
como si temiera detenerse y congelarse.
Como si por esa misma calle que ya no ve tus pasos,
algo tuviera que romper la calma,
en el silencio del frío que impone tu ausencia.
La Luna se fue sin que la echen,
y el Sol no viene aunque lo llame.
Y le quito un cálido suspiro a tu recuerdo,
para dárselo al hielo doloroso de mis manos.
Jugueteto con la idea de tenerte, y olvidarte,
y detenerte y de nuevo olvidarme.
El amargo viento de Julio deja cortes en los labios,
donde la madrugada de Abril, exuberante,
bordó pasiones, encuentros, amaneceres.
Hoy hay ayeres, repletos de pasado,
y tu recuerdo se me presenta en forma de agua,
del hielo de mis manos, del cordón inquieto de tu calle,
de la lágrima que entibia mi mejilla.
sábado, 17 de julio de 2010
sábado, 3 de julio de 2010
Ripios I

Pero al leer un par de cosas, y si bien hay mucha evolución, los rasgos siguen vigentes. Hay algo de lo que fui que no voy a perder, y a lo mejor, el día de mañana se transforme, pero va a seguir existiendo...
Acá dos poesías, que sirven de manto para tapar la falta de inspiración que dejan un par de sinsabores. Dice Lichis, un gran cantautor: "...derroché mis mejores ripios por no despertar solo otra mañana, y me di al primer corazón para el que no tuve palabras (...) cambiando versos por dentelladas..."
Sigo sorprendido de haber escrito esto de tan niño:Lo que falta es lo que sobra
Si es amor, que sea el más fuerte,
Si hay silencios, que haya miradas.
Si te vas, que no sea muy lejos,
Si duele, que no sea adrede.Si acaso por casualidad hay regreso,
Que me encuentres parecido,Si hay certeza, que sea de aprendizaje.
Si hay mañana, que no sea tarde.
Si hay besos, que no falten caricias,
Si hay fracasos, que haya sonrisas.Si hay soledad, que haya canciones.
Si hay espacios, que haya rincones.
___________________________________La Mirada
Cada párpado es como la hoja de otoño que coloreada
Cubre la verde hierba de tu iris, tallado en el centro mismo de tu esencia.
Cada instante que recortás ese fino hilo de mirada
Se forman murallas, se pierde en la aurora del pensamiento tu presencia.Ver tus ojos mantiene unidos mis tal veces, mis mañanas,
Si cortas ese hilo estrecho, aunque sea por un segundo, quedará solo tu ausencia.viernes, 2 de julio de 2010
Lo individual a la deriva
Sábado 17 de abril de 2010
Querida Wendy:
No te culpo, creo que yo hubiera hecho lo mismo. Eso, o clausurar para siempre cada ventana, no vaya a ser que... Bueno, pero la cuestión es que llegó. Llegó y le dijiste que no encendiera la luz, que era tarde para vos, que se fuera y según cuentan los que cuentan, el niño que no conocía el miedo tembló por primera vez.
Quizás fue a buscarte por lo mismo que te escribo yo hoy, para contarte algo, para saber cómo estás, para que le des alguna luz de esperanza. Porque quizás este viendo lo mismo que yo... O a lo mejor, porque hace tiempo que no hay risas en Nunca Jamás.
Si, como lo lees, Nunca Jamás, antes paraíso, hoy está más vacío que él cuando te vino a buscar la primera vez, para que llenaras de risas la casa del árbol, para que fueras la madre de los niños perdidos... Vacío como el andén donde duerme la desesperanza de esos niños, esos a los que a nadie le interesa buscar.
Caíste varias veces Wendy, pero tarde o temprano aprendiste a volar (polvo de hadas de por medio). Pero los niños perdidos de ahora, ya no tienen a Campanita, no saben lo que es volar, ni tienen ventanas para que él los pase a buscar. El pegamento les pegó los pies al piso, y el ombligo se les pegó a la espalda.
Triste, doloroso, inerte, así se debe sentir ante eso, creo que por eso volvió por vos. Para recuperar algo de lo que fue. Hoy desde el cielo, sobrevolando entre nube y nube divisa a los niños perdidos en los semáforos, donde sobran las sirenas, y nunca faltan los Capitanes Garfio...
Sin embargo tengo algo que decirte. Hoy, si bien ya a esta hora podríamos decir que fue ayer. Pasó algo que puedo asegurarte cambió mi percepción, y quizás la de él también. La mañana se había despertado gris, cansina y húmeda. Un día normal quizás, pero había algo, algo que se empezaba a gestar por fuera de nuestra vista, que latía y que con el correr de las horas íbamos a descubrir.
Una escena tras otra, y los niños no dejaban de aparecer, algunos ya crecidos, maltratados por los años, o por la vida, aterrorizados por payasos, castigados por querer saber... Tic – tac – tic – tac – tic – tac... Te acordás, ¿no? Tranquila, el cocodrilo nunca apareció. El reloj pasó de largo, y uno tras otro los minutos se consumieron entre risas y llantos de esos niños.
Sin embargo, no todo está perdido, porque entre esos momentos donde veíamos nenes llorando, caprichosos, con sed de ser escuchados, allí, en ese espacio vimos también niños dando abrazos, protegiendo a otros niños, vimos caricias, juguetes, risas, juegos, marionetas... Y al final, cuando abrí los ojos miré alrededor y ya no encontré solo compañeros, no encontré personas desconocidas, encontré un grupo. Un grupo jugando a la mancha, corriendo y disfrutando como niños, niños que ya no estaban sufriendo.
Prendé la luz tranquila Wendy, todavía queda mucho por qué jugar.
Lolo =)
Embajador del País de Nunca Jamás
jueves, 24 de junio de 2010
Contraindicaciones
Fragmento escrito el 13 de junio por la tarde, después de limpiar la casa tras mi cumpleaños, cuando me sorprendí al ver un prospecto, y darme cuenta de que pareciera que todas las cosas están de alguna manera contraindicadas. Dejo del festejo, un minúsculo retazo de carcajada hecho rima...
Están contraindicadas las tazas de café,
los cigarros en ayunas, y nadar tras de comer.
No usar casco en bicicleta y tantas cosas que no se,
no cubrirse la cabeza con paraguas al llover.
Contraindicada esta la suerte en el juego,
pues indica tristemente desfortuna en el amor,
no se deberá jamás jugar con fuego,
ni poner en ese vaso energizante con melón.
Contraindican los choferes descender por adelante,
no mirar para ambos lados siempre antes de cruzar.
Contraindican los que saben los boliches con parlantes,
pues generan desencuentros al momento de escuchar.
Contraindicados por doctores los amores sin condones,
las cigüeñas parisinas no llamadas,
Usar en las zapatillas desatados los cordones,
o mirar en demasia al pasar nuestra cuñada.
Están contraindicadas las tazas de café,
los cigarros en ayunas, y nadar tras de comer.
No usar casco en bicicleta y tantas cosas que no se,
no cubrirse la cabeza con paraguas al llover.
Contraindicada esta la suerte en el juego,
pues indica tristemente desfortuna en el amor,
no se deberá jamás jugar con fuego,
ni poner en ese vaso energizante con melón.
Contraindican los choferes descender por adelante,
no mirar para ambos lados siempre antes de cruzar.
Contraindican los que saben los boliches con parlantes,
pues generan desencuentros al momento de escuchar.
Contraindicados por doctores los amores sin condones,
las cigüeñas parisinas no llamadas,
Usar en las zapatillas desatados los cordones,
o mirar en demasia al pasar nuestra cuñada.
martes, 8 de junio de 2010
Lucía
Cierto día crucé por delante de una radio a todo volumen, y en una entrevista a Serrat escuché algo que me llenó de intriga. Le preguntaban como había sido la composición de "Lucía".
Ya saben, esa canción que dice: "Vuela esta canción para ti, Lucía. La más bella historia de amor, que tuve y tendré. Es una carta de amor que se lleva el viento pintado en mi voz, a ninguna parte, a ningún buzón..."
El Nano (no por nada mi cachorro se llama así), contaba que Lucía había existido, pero no como una mujer que pasó por su corazón, sino que tiene retazos, partes, dejos, de aquellas que habían forjado una huella en su vida...
Quizás sea así, me gusta pensar que existirá siempre una Lucía, y quizás sus parecidos, o sus diferencias con las demás la hagan única, pero Lucía está.
Está, quizás presente, quizás ausente...
No, siempre se le escribe a la Lucía ausente.
En general los "hombres sensibles de Flores" de los que nos habla Dolina (cambió tanto la ciudad que algunos andamos sueltos por otros barrios), temen que si le escriben a la Lucía que no se fue, le den un motivo perfecto para irse, a veces las rimas que no se buscan son las primeras que se encuentran. Y si lo pensamos un poco, las Lucias a las que no se les escribe, se terminan yendo...
Quizás el destino de todas las Lucias es irse, y dejarnos un perfume, una distancia, algún borroso recuerdo, un caluroso cachetazo, y la promesa de no volver jamás, o una excusa mezclada con reproches y una rodaja de emoción. Y así, darnos un cocktail de tristeza, adioces y melancolía, en fin, un motivo para escribir... ¿No fue Machado el que dijo que se canta a lo que se pierde?
Quizás, no sea cierto que Lucía tenga algo de cada mujer, y la realidad es que todas las mujeres tienen algo de Lucía...
Ya saben, esa canción que dice: "Vuela esta canción para ti, Lucía. La más bella historia de amor, que tuve y tendré. Es una carta de amor que se lleva el viento pintado en mi voz, a ninguna parte, a ningún buzón..."
El Nano (no por nada mi cachorro se llama así), contaba que Lucía había existido, pero no como una mujer que pasó por su corazón, sino que tiene retazos, partes, dejos, de aquellas que habían forjado una huella en su vida...
Quizás sea así, me gusta pensar que existirá siempre una Lucía, y quizás sus parecidos, o sus diferencias con las demás la hagan única, pero Lucía está.
Está, quizás presente, quizás ausente...
No, siempre se le escribe a la Lucía ausente.
En general los "hombres sensibles de Flores" de los que nos habla Dolina (cambió tanto la ciudad que algunos andamos sueltos por otros barrios), temen que si le escriben a la Lucía que no se fue, le den un motivo perfecto para irse, a veces las rimas que no se buscan son las primeras que se encuentran. Y si lo pensamos un poco, las Lucias a las que no se les escribe, se terminan yendo...
Quizás el destino de todas las Lucias es irse, y dejarnos un perfume, una distancia, algún borroso recuerdo, un caluroso cachetazo, y la promesa de no volver jamás, o una excusa mezclada con reproches y una rodaja de emoción. Y así, darnos un cocktail de tristeza, adioces y melancolía, en fin, un motivo para escribir... ¿No fue Machado el que dijo que se canta a lo que se pierde?
Quizás, no sea cierto que Lucía tenga algo de cada mujer, y la realidad es que todas las mujeres tienen algo de Lucía...
miércoles, 19 de mayo de 2010
La Ausencia
Dice el maestro Dolina que el universo es una perversa inmensidad hecha de ausencia, uno no está casi en ninguna parte. Pero cuánto habrá de nosotros por cuántos lugares que no sabemos. Lugares donde dejamos quizás olvidada, o no, una huella, un hilo desprendido del saco, o una sonrisa en un espejo. La ausencia es relativa, y en cada lugar que estamos dejamos un retazo de lo que fuimos, ya sea físico, o quizás en la memoria de la persona que se quedó.
Son mis dos pies los que deshacen camas,
buscando tus pies para enredarse.
Serán mis costillas, sin el cinturon que eran tus brazos,
mis cosquillas, o mis pulmones que no se llenan de tu risa.
Quizás te extrañen mis oidos, que despiertan sin tu voz en la cocina.
O mis hombros, que sin tus lagrimas hoy están secos,
y guardan la forma de tu rostro desde la última vez.
Serán las lámparas de la casa, que extrañan alumbrarte,
Quizás la silla vieja que cruía cuando mi regazo era tu asiento, o
el viento que movía las cortinas y entraba solo para verte.
Tal vez, la barra de nuestro bar, sin la huella de tus copas.
Quien sabe, quizás el espejo, que no quiere mirar desde que te fuiste.
Podría decirte, corazón, que no, no soy yo el que te extraña...
Mentiría si te digo que te extraño.
Son mis manos, y no yo, las que te buscan,trazando eses en la almohada.
Son las yemas de mis dedos las que extrañan la textura de tu espalda.Son mis dos pies los que deshacen camas,
buscando tus pies para enredarse.
Serán mis costillas, sin el cinturon que eran tus brazos,
mis cosquillas, o mis pulmones que no se llenan de tu risa.
Quizás te extrañen mis oidos, que despiertan sin tu voz en la cocina.
O mis hombros, que sin tus lagrimas hoy están secos,
y guardan la forma de tu rostro desde la última vez.
Serán las lámparas de la casa, que extrañan alumbrarte,
o la alfombra que ya no siente tus pasos y se alegra de que llegaste.
Será el hueco en mi pecho, o la mueca que me dejaste por sonrisa.Quizás la silla vieja que cruía cuando mi regazo era tu asiento, o
el viento que movía las cortinas y entraba solo para verte.
Tal vez, la barra de nuestro bar, sin la huella de tus copas.
Quien sabe, quizás el espejo, que no quiere mirar desde que te fuiste.
Podría decirte, corazón, que no, no soy yo el que te extraña...
jueves, 6 de mayo de 2010
Vuelvo...
Pequeño retazo de poema (más quisiera yo) que me dejó la vuelta de la facultad, mientras jugaba con las palabras que escuchaba, mientras ignoraba las ventanillas, los vendedores ambulantes y la ciudad detras de los vidrios empañados...
Un celular, relleno de notas, de pedacitos de lo que voy siendo... No puedo dejar de escribir, cuando tengo un minuto, cuando tengo algo que decir, y no hay oidos para escuchar. Hace mucho que no subo nada, pero aca vuelvo, aunque nunca dejé esta pulsión de lado, y como dice el tango: alguien dijo que me fui de mi barrio, pero cuándo, cuándo si siempre estoy llegando...
Para mis vecinos y vecinas en éste, el Barrio del Dolor (Homenaje a Dolina) para que no nos tape la luz la niebla...
Distantes
Estudio la distancia que nos recorre.
Distancia de otoño, de hojas secas,
crujientes bajo botas con frio.
Distancia de lluvia, de viento helado,
brisa sureña que cala huesos y recuerdos.
Repito la lección frente al espejo,
y el abandono me pinta un cuadro:
retrato del que se quedo sin silla.
Recorre mi mirada los muros sin tus fotos,
pide clemencia el jirón de verano que olvidaste en la heladera,
y el invierno, duro, helado, cierto y tangible como tu ausencia,
pone mi corazón sobre la mesa,
y desanuda los hechizos que me amarran,
cierra mis ojos, quiebra voluntades e insiste en recordar.
Me insta a repasar los días que pasamos juntos,
a devorar las horas en que fuimos tan felices
cuando encendía la luz para verte sonreir mientras dormias,
y alumbraba el sol, y la luna acompañaba,
y la última estrella se dormía entre mi pecho y tu espalda...
Un celular, relleno de notas, de pedacitos de lo que voy siendo... No puedo dejar de escribir, cuando tengo un minuto, cuando tengo algo que decir, y no hay oidos para escuchar. Hace mucho que no subo nada, pero aca vuelvo, aunque nunca dejé esta pulsión de lado, y como dice el tango: alguien dijo que me fui de mi barrio, pero cuándo, cuándo si siempre estoy llegando...
Para mis vecinos y vecinas en éste, el Barrio del Dolor (Homenaje a Dolina) para que no nos tape la luz la niebla...
Distantes
Estudio la distancia que nos recorre.
Distancia de otoño, de hojas secas,
crujientes bajo botas con frio.
Distancia de lluvia, de viento helado,
brisa sureña que cala huesos y recuerdos.
Repito la lección frente al espejo,
y el abandono me pinta un cuadro:
retrato del que se quedo sin silla.
Recorre mi mirada los muros sin tus fotos,
pide clemencia el jirón de verano que olvidaste en la heladera,
y el invierno, duro, helado, cierto y tangible como tu ausencia,
pone mi corazón sobre la mesa,
y desanuda los hechizos que me amarran,
cierra mis ojos, quiebra voluntades e insiste en recordar.
Me insta a repasar los días que pasamos juntos,
a devorar las horas en que fuimos tan felices
cuando encendía la luz para verte sonreir mientras dormias,
y alumbraba el sol, y la luna acompañaba,
y la última estrella se dormía entre mi pecho y tu espalda...
martes, 16 de febrero de 2010
Elegía a lo Terrible de los Lunes
Otro lunes para hundirse en la nostalgia,
otra forma de aguantarse el desamor,
otro mañana de teñida verborragia,
otro futuro de acuarela gris marron.
Y me preguntan por tu ausencia estas ojeras de 3 dias,
y me maldicen x tu ausencia esos besos q me guardo,
y me llama la atención la mirada de las vias,
y me enoja ver las manchas, en el techo de mi cuarto.
Me burlo en vano de los restos del naufragio,
rescatando de las sombras los reflejos de un ayer.
Cuando intento rellenar mi relicario
eludiendo tus traiciones de mujer.
Y me cuelgo con un disco de Sabina,
y me clavo a alguna cruz con Ismael,
y me salan los recuerdos las heridas,
y me endulzo la alborada con tu hiel.
otra forma de aguantarse el desamor,
otro mañana de teñida verborragia,
otro futuro de acuarela gris marron.
Y me preguntan por tu ausencia estas ojeras de 3 dias,
y me maldicen x tu ausencia esos besos q me guardo,
y me llama la atención la mirada de las vias,
y me enoja ver las manchas, en el techo de mi cuarto.
Me burlo en vano de los restos del naufragio,
rescatando de las sombras los reflejos de un ayer.
Cuando intento rellenar mi relicario
eludiendo tus traiciones de mujer.
Y me cuelgo con un disco de Sabina,
y me clavo a alguna cruz con Ismael,
y me salan los recuerdos las heridas,
y me endulzo la alborada con tu hiel.
sábado, 2 de enero de 2010
Florida y Corrientes
La vas a ver pasar, y la llamarás "aquella".
Te vas a detener a observarla en el semáforo,
tomando nota de su bolsa, que la delata lectora.
El volante devenido bollo que abriga en su mano
te dirá que lo prefiere allí que en el suelo.
La tarjeta magnética, estampada y prendida al cinturón
la presentará como exitosa luciernaga de oficina.
La delgada linea blanca de su hombro, la promete
como enemiga de las sombras, seguidora de solares.
Los tacos ausentes, el brillo en su nariz, la tinta en su tobillo,
prefiguran la frescura que revelará su perfume a jazmín.
Verás como se acerca al cordón, y mira a ambos lados,
como calcula el paso del tiempo sin mirar su reloj.
Notarás que la ciudad no le modifica el ritmo,
que sus pulseras marcan el compás al tempo de sus bucles.
La vas a ver pasar, y la llamarás "aquella".
Te vas a detener a observarla en el semáforo,
tomando nota de su bolsa, que la delata lectora.
El volante devenido bollo que abriga en su mano
te dirá que lo prefiere allí que en el suelo.
La tarjeta magnética, estampada y prendida al cinturón
la presentará como exitosa luciernaga de oficina.
La delgada linea blanca de su hombro, la promete
como enemiga de las sombras, seguidora de solares.
Los tacos ausentes, el brillo en su nariz, la tinta en su tobillo,
prefiguran la frescura que revelará su perfume a jazmín.
Verás como se acerca al cordón, y mira a ambos lados,
como calcula el paso del tiempo sin mirar su reloj.
Notarás que la ciudad no le modifica el ritmo,
que sus pulseras marcan el compás al tempo de sus bucles.
La vas a ver pasar, y la llamarás "aquella".
jueves, 24 de diciembre de 2009
Amor-es a primera vista
Camina, un paso detrás del otro y cada uno más pesado que el anterior, como si las lágrimas que un día llenaron sus ojos, hoy se convirtieran en grilletes que no lo dejan moverse, que lo tienen preso de un dolor que él no buscó.
Al acercarse siente como la angustia se apodera de su alma, y hace repaso de lo vivido, y de lo no vivido. De cada batalla perdida, de cada despedida...
Se arma de valor y da otro paso, mientras recuerda la primera vez que la vio. "¿Amores a primera vista?" solía decir, "si, amor-es a primera vista"... Y ésta no sería la excepción, a veces los ruidos del exterior no dejan que escuchemos el canto desenfrenado de ese pajarito encerrado en una jaula de costillas, pero eso no significa que el ritmo no esté ahí. Basta un segundo de atención para darse cuenta que algo cambió desde el instante anterior a ese cruce de miradas.
El mundo se detiene, o se derrumba, no se bien. Se paran los coches en la calle, los subtes se vacían, se desvanecen en las plazas los amantes furtivos, se apagan los televisores, se vacían las fuentes, se llenan de coraje los cobardes.
Se queda inmóvil y se acuerda de su perfil recortado por el brillo de una ventana, su pelo suelto haciendo eco del giro de su cabeza, el perfume estratégico de su cuello y muñecas que llenaba la habitación. Sus dedos, girando en ochos sobre una hoja de papel, sus manos inquietas escuchando el silencio y pensando en nada... Su hombro descubierto, dejando a la vista las constelaciones que forman sus pecas. Un bretel inquieto que se niega a quedarse en su sitio, y él, abstraído siguiendo su curso, como quien sigue una estrella para no perderse.
Y un paso más, esta vez un poco más rápido, y hace memoria de esa primera vez, cuando observaba aquel pie moviéndose una y otra vez inquieto bajo la silla... Supongo que estaba nerviosa, y por eso mordía la Bic de esa manera. Supongo que él estaba descubriendo algo que hasta ese día estaba oculto en algún lado, supongo que la percepción estaba de su lado esa semana. Quien sabe, quizás el destino tenía ganas de cambiarle la manera de pensar, o la manera de penar...
Días más claros alumbrarían los primeros momentos después de ese encuentro, y la cruel sensación de saberla ajena, lo destrozaría cada noche, uniendo con imaginación las manchas del techo de su habitación, recibiendo cada amanecer como un fracaso, como veinticuatro horas más que le quedaban por vivir sin ella. Como si la almohada que mordía con rabia tuviera el elixir del olvido, como si los kilómetros de vueltas en la cama lo hicieran llegar más cerca de esa mujer que lo desvela.
A él le duele quererla, y según me contaba, a ella le duele no quererlo, es "un buen partido" como dicen las abuelas. Él no lo ve así, y a pesar de tener mucha gente alrededor, se siente solo, porque descubrió que la soledad no es estar solo, soledad es no estar con quien, o donde, uno quisiera.
Y ya a un paso, detrás de ella, resuelve que lo mejor que puede hacer es callarse, es inundar de excusas este encuentro, es parecer menos tonto ante esta que hoy ya no le quita el sueño, porque ya no le queda mucho más para quitarle...
Podría ver el vaso medio lleno, y pensar todo lo que creció (o jugó a crecer) desde que esa primera mirada lo marcó para siempre; pero los vasos llenos de sueños, tarde o temprano se vacían... Será cuestión de disfrutar cada trago como si fuera el último.
Y él ya está detrás de ella, no aprendió todavía a llegar a tiempo, y ella impaciente se acomoda un poco el pelo, y se mira en una vidriera.
Su garganta tensa, su pecho adolorido, y por primera vez la incertidumbre, desterrando a esa certeza de fracaso. Con más miedo que ganas y tragando saliva: -¿Hace mucho que esperas?-
Al acercarse siente como la angustia se apodera de su alma, y hace repaso de lo vivido, y de lo no vivido. De cada batalla perdida, de cada despedida...
Se arma de valor y da otro paso, mientras recuerda la primera vez que la vio. "¿Amores a primera vista?" solía decir, "si, amor-es a primera vista"... Y ésta no sería la excepción, a veces los ruidos del exterior no dejan que escuchemos el canto desenfrenado de ese pajarito encerrado en una jaula de costillas, pero eso no significa que el ritmo no esté ahí. Basta un segundo de atención para darse cuenta que algo cambió desde el instante anterior a ese cruce de miradas.
El mundo se detiene, o se derrumba, no se bien. Se paran los coches en la calle, los subtes se vacían, se desvanecen en las plazas los amantes furtivos, se apagan los televisores, se vacían las fuentes, se llenan de coraje los cobardes.
Se queda inmóvil y se acuerda de su perfil recortado por el brillo de una ventana, su pelo suelto haciendo eco del giro de su cabeza, el perfume estratégico de su cuello y muñecas que llenaba la habitación. Sus dedos, girando en ochos sobre una hoja de papel, sus manos inquietas escuchando el silencio y pensando en nada... Su hombro descubierto, dejando a la vista las constelaciones que forman sus pecas. Un bretel inquieto que se niega a quedarse en su sitio, y él, abstraído siguiendo su curso, como quien sigue una estrella para no perderse.
Y un paso más, esta vez un poco más rápido, y hace memoria de esa primera vez, cuando observaba aquel pie moviéndose una y otra vez inquieto bajo la silla... Supongo que estaba nerviosa, y por eso mordía la Bic de esa manera. Supongo que él estaba descubriendo algo que hasta ese día estaba oculto en algún lado, supongo que la percepción estaba de su lado esa semana. Quien sabe, quizás el destino tenía ganas de cambiarle la manera de pensar, o la manera de penar...
Días más claros alumbrarían los primeros momentos después de ese encuentro, y la cruel sensación de saberla ajena, lo destrozaría cada noche, uniendo con imaginación las manchas del techo de su habitación, recibiendo cada amanecer como un fracaso, como veinticuatro horas más que le quedaban por vivir sin ella. Como si la almohada que mordía con rabia tuviera el elixir del olvido, como si los kilómetros de vueltas en la cama lo hicieran llegar más cerca de esa mujer que lo desvela.
A él le duele quererla, y según me contaba, a ella le duele no quererlo, es "un buen partido" como dicen las abuelas. Él no lo ve así, y a pesar de tener mucha gente alrededor, se siente solo, porque descubrió que la soledad no es estar solo, soledad es no estar con quien, o donde, uno quisiera.
Y ya a un paso, detrás de ella, resuelve que lo mejor que puede hacer es callarse, es inundar de excusas este encuentro, es parecer menos tonto ante esta que hoy ya no le quita el sueño, porque ya no le queda mucho más para quitarle...
Podría ver el vaso medio lleno, y pensar todo lo que creció (o jugó a crecer) desde que esa primera mirada lo marcó para siempre; pero los vasos llenos de sueños, tarde o temprano se vacían... Será cuestión de disfrutar cada trago como si fuera el último.
Y él ya está detrás de ella, no aprendió todavía a llegar a tiempo, y ella impaciente se acomoda un poco el pelo, y se mira en una vidriera.
Su garganta tensa, su pecho adolorido, y por primera vez la incertidumbre, desterrando a esa certeza de fracaso. Con más miedo que ganas y tragando saliva: -¿Hace mucho que esperas?-
sábado, 19 de diciembre de 2009
Algunos de mis "Defectos Colaterales"
Falto de tiempo, más no de ganas, acá tres retazos (esta vez mios) sacados al azar del bolsillo del pantalón de turno... Si, tengo la costumbre de escribir en cualquier papel y guardarmelo en el bolsillo... Puede ser que algún día deje una obra maestra en alguna servilletita o boleto de colectivo... (Soñar vale mucho, y cuesta poco).
Números
Apagamos con susurros
las diez velas de tu cuarto.
Nueve veces en tu oido
se escucharon los suspiros,
de ocho estrofas, siete amores
y un jardín de sensaciones.
Son seis noches de derroche,
cinco vinos, cuatro coches.
Tres deseos yo te pido,
tus dos ojos, cielo mio,
y un "te quiero" dicho suave,
que a mis risas de motivo.
------------------------------------
(Se solicita estribillo)
(...)No tengo mucho más para decirte,
y mucho menos, tanto menos, para darte.
No se escribirte las canciones,
que justifiquen encontrarte.
No puedo verte, sin perderme en sensaciones,
no puedo oirte, sin llorar por los rincones(...)
------------------------------------
Una poesía por encargo
Como despojo de tus risas,
dejan tus labios sabor a desconsuelo,
a martirio y viernes 13.
Los pétalos de tu extrañeza
rellenan los momentos recurrentes,
ajenos a nosotros, a tus mañanas,
a tus "adioces", a tus "hasta luego".
Tu risa, antes promesa,
ahora es reflejo de un "no se",
de un "tal vez", de un "no me acuerdo"...
Números
Apagamos con susurros
las diez velas de tu cuarto.
Nueve veces en tu oido
se escucharon los suspiros,
de ocho estrofas, siete amores
y un jardín de sensaciones.
Son seis noches de derroche,
cinco vinos, cuatro coches.
Tres deseos yo te pido,
tus dos ojos, cielo mio,
y un "te quiero" dicho suave,
que a mis risas de motivo.
------------------------------------
(Se solicita estribillo)
(...)No tengo mucho más para decirte,
y mucho menos, tanto menos, para darte.
No se escribirte las canciones,
que justifiquen encontrarte.
No puedo verte, sin perderme en sensaciones,
no puedo oirte, sin llorar por los rincones(...)
------------------------------------
Una poesía por encargo
Como despojo de tus risas,
dejan tus labios sabor a desconsuelo,
a martirio y viernes 13.
Los pétalos de tu extrañeza
rellenan los momentos recurrentes,
ajenos a nosotros, a tus mañanas,
a tus "adioces", a tus "hasta luego".
Tu risa, antes promesa,
ahora es reflejo de un "no se",
de un "tal vez", de un "no me acuerdo"...
martes, 8 de diciembre de 2009
Buenos Aires (sin vos)
Hoy Buenos Aires me preguntó por vos, aunque ya sabe que no lo queres como él te quiere...
Me contó que los arboles siguen creciendo desde que te fuiste, que pasan los días y hace cada vez más calor, que a la noche la luna brilla como nunca.
Me decía que los adoquines extrañan un poco esos pasos tuyos (apurados en general) pero que pasos ajenos los aturden un rato y los dejan olvidar.
El rio sigue besando la orilla, y los autos siguen embotellados en la 9 de Julio rumbo al sur.
Me enteré de que las ventanillas de los colectivos hoy van todas abiertas de par en par, que ya casi nadie gusta de viajar parado, y que desde que no estás los timbres suenan más desafinados, y las esperas más aburridas.
Los faroles siguen buscando a quien darle luz, y que les devuelva brillo como solías hacer vos... Y el asfalto se pregunta por esa pollera que miraba de reojo cuando saltabas los charquitos.
Los pajaros hoy se posan en las ramas, buscando quien les regale una melodía a la mañana, cuando nadie quiere cantar. Las nubes les recuerdan, y a mi también, lo mucho que disfrutas mirando el cielo, y buscando formas, texturas y colores en sus cúmulos.
Y uno de los que más nota tu ausencia es tu espejo, que te conoce por fuera mucho más que yo...
Buenos Aires entendió, y casi acepta, que no estás, pero hay un porteño que te busca en cada rincón de cada hora en cada día, y que le pide a las brisas de otros rumbos que le traigan el aroma de tu cuello, y le cuenten cómo estás...
Me contó que los arboles siguen creciendo desde que te fuiste, que pasan los días y hace cada vez más calor, que a la noche la luna brilla como nunca.
Me decía que los adoquines extrañan un poco esos pasos tuyos (apurados en general) pero que pasos ajenos los aturden un rato y los dejan olvidar.
El rio sigue besando la orilla, y los autos siguen embotellados en la 9 de Julio rumbo al sur.
Me enteré de que las ventanillas de los colectivos hoy van todas abiertas de par en par, que ya casi nadie gusta de viajar parado, y que desde que no estás los timbres suenan más desafinados, y las esperas más aburridas.
Los faroles siguen buscando a quien darle luz, y que les devuelva brillo como solías hacer vos... Y el asfalto se pregunta por esa pollera que miraba de reojo cuando saltabas los charquitos.
Los pajaros hoy se posan en las ramas, buscando quien les regale una melodía a la mañana, cuando nadie quiere cantar. Las nubes les recuerdan, y a mi también, lo mucho que disfrutas mirando el cielo, y buscando formas, texturas y colores en sus cúmulos.
Y uno de los que más nota tu ausencia es tu espejo, que te conoce por fuera mucho más que yo...
Buenos Aires entendió, y casi acepta, que no estás, pero hay un porteño que te busca en cada rincón de cada hora en cada día, y que le pide a las brisas de otros rumbos que le traigan el aroma de tu cuello, y le cuenten cómo estás...
miércoles, 2 de diciembre de 2009
Alivio de Luto
Rompiendo mi promesa de no volver a verte ni en pintura, me he sentado a tu mesa Virgen de la Amargura, a jugarme a los dados nuestra suerte... Asi reza la canción del nuevo disco de mi Capitan Sabina (a éste lo vas a leer mucho, sugiero que le vayas tomando el cariño que se merece) y ya que le dedicamos el título, por qué no la primer frase.
Me declaro culpable de muchas cosas, y entre ellas en ser bastante compulsivo en mis actos, en mis busquedas, pero sobre todo en mis errores. La recurrencia es algo de lo que no termino de despegarme.
¿Y a qué vamos con ésto? Paciencia, que el premio Goethe no se lo dan al que escribe más rápido.
Como decía, la recurrencia, el amor por las piedritas de los caminos y los palos en las ruedas, me caen mal, pero por lo visto me satisfacen algun que otro sentimiento inconciente de culpa... Eso queda para el diván, asi que shhh. Y por lo tanto (o por lo tonto) he de acostumbrarme a lidiar con ellos.
Quien me conoce sabe que la semana pasada fue un shot de hiel, sin sal ni limón, y que me lo tuve que tomar todo de una y casi casi sin chistar.
Es asi, como dice un hermano más allá de la sangre, mejor todo de una, asi cuando te levantas, también es de una...
En fin, cuando la nube negra te persigue, no hay nada que hacerle, crisis, crisis, crisis... Las musas en huelga (y no hablamos solo de poesias -lamentablemente-), las ventanas empañadas de smog, lluvia todos los días, la tele con chistes de otros meses, y mesas con manteles que dan gracia...
Puede haber un día de 1, 15, 25, 40 grados afuera, que da lo mismo, segurisimo que por donde uno va caminando llueve, o revolotean palomas con aroma a cementerio, es terrible... Como decía el capitan: sin ti todo es usura y noches perdidas, facturas, calenturas, heridas sin sutura, caidas, conjeturas, sacudidas, cerraduras, despedidas de locura y callejón.
Pero dentro de todo tengo que decir la verdad, no todo es malo, a veces los baldazos de agua fría hacen que a uno le quede la piel de pollo unos días, pero te despiertan bastante (aunque con lo mucho que no me gusta que me despierten, tampoco se si eso es muy bueno...)
En cuestión, me ahorré el acuse de recibo de un "no" que ya tenia hace rato, me gasté las lágrimas una noche viendo fotos en las que no aparecía yo, me puse a barrer pedacitos rojos y alguna que otra arteria, un ventriculo... Los pegue más o menos con cinta scotch, los ahogué en Coca Cola, y voilá!
A mirar para adelante, a sacarse la anteojera de caballo cimarrón devenido asiento de calesita, a mantenerse perceptivo... Que como le dije a alguien en algún aula vacía, ver una estrella fugaz es difícil, pero más difícil es si tenés los ojos cerrados...
Seguramente, el alivio de luto, ese tiempo apenas se sale de un duelo, sea verdaderamente el momento donde se comienza a hacer el pasaje. Pasaje a dejar de pensar en los por qué y empezar a vivir los qué... Y seguramente se disfracen con risas ciertas melancolías con sabor a vinagre, pero gracias al cielo, también con olor a rosas...
Digamoslo así, no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedio... pero lo que cuenta es aprender, que no está perdido aquello que no fue...
Me declaro culpable de muchas cosas, y entre ellas en ser bastante compulsivo en mis actos, en mis busquedas, pero sobre todo en mis errores. La recurrencia es algo de lo que no termino de despegarme.
¿Y a qué vamos con ésto? Paciencia, que el premio Goethe no se lo dan al que escribe más rápido.
Como decía, la recurrencia, el amor por las piedritas de los caminos y los palos en las ruedas, me caen mal, pero por lo visto me satisfacen algun que otro sentimiento inconciente de culpa... Eso queda para el diván, asi que shhh. Y por lo tanto (o por lo tonto) he de acostumbrarme a lidiar con ellos.
Quien me conoce sabe que la semana pasada fue un shot de hiel, sin sal ni limón, y que me lo tuve que tomar todo de una y casi casi sin chistar.
Es asi, como dice un hermano más allá de la sangre, mejor todo de una, asi cuando te levantas, también es de una...
En fin, cuando la nube negra te persigue, no hay nada que hacerle, crisis, crisis, crisis... Las musas en huelga (y no hablamos solo de poesias -lamentablemente-), las ventanas empañadas de smog, lluvia todos los días, la tele con chistes de otros meses, y mesas con manteles que dan gracia...
Puede haber un día de 1, 15, 25, 40 grados afuera, que da lo mismo, segurisimo que por donde uno va caminando llueve, o revolotean palomas con aroma a cementerio, es terrible... Como decía el capitan: sin ti todo es usura y noches perdidas, facturas, calenturas, heridas sin sutura, caidas, conjeturas, sacudidas, cerraduras, despedidas de locura y callejón.
Pero dentro de todo tengo que decir la verdad, no todo es malo, a veces los baldazos de agua fría hacen que a uno le quede la piel de pollo unos días, pero te despiertan bastante (aunque con lo mucho que no me gusta que me despierten, tampoco se si eso es muy bueno...)
En cuestión, me ahorré el acuse de recibo de un "no" que ya tenia hace rato, me gasté las lágrimas una noche viendo fotos en las que no aparecía yo, me puse a barrer pedacitos rojos y alguna que otra arteria, un ventriculo... Los pegue más o menos con cinta scotch, los ahogué en Coca Cola, y voilá!
A mirar para adelante, a sacarse la anteojera de caballo cimarrón devenido asiento de calesita, a mantenerse perceptivo... Que como le dije a alguien en algún aula vacía, ver una estrella fugaz es difícil, pero más difícil es si tenés los ojos cerrados...
Seguramente, el alivio de luto, ese tiempo apenas se sale de un duelo, sea verdaderamente el momento donde se comienza a hacer el pasaje. Pasaje a dejar de pensar en los por qué y empezar a vivir los qué... Y seguramente se disfracen con risas ciertas melancolías con sabor a vinagre, pero gracias al cielo, también con olor a rosas...
Digamoslo así, no hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedio... pero lo que cuenta es aprender, que no está perdido aquello que no fue...
martes, 1 de diciembre de 2009
Principio de Incertidumbre
Hoy, a esta hora, cuando quizás dormir se presente como la opción mas sensata, me siento en la compu a meditar un rato mientras practico la prestidigitacion del tipeo, uniendo retazos de pensamientos, y dolores de esternón.
Incertidumbre, cuando uno se embarca en algo, esto es lo que sobra. Y no hablo solo de mandarse a estampillar la frente y salir de gira por el universo, no no, hacerse un blog deja la misma sensación de "no saber".
Como dice un amigo: puede que todo siga igual, también puede que no sea asi, porque nada se puede predecir con exactitud, siempre existe un margen de incertidumbre en el conocimiento humano...
Incluso en estos tiempos diría mi Capitán Joaco, se nos da a los que gozamos de las letras por escribir en las paredes grises de los baños públicos poemas de Lorca y frases de Ismael Serrano. Aunque ciertamente no guarden demasiada combinación con teléfonos urgentes, opiniones unilaterales (a veces bilaterales incluso) y manchas de dudosa procedencia.
Nosotros, y me incluyo dentro de este grupo, no vemos como malo que la gente (dentro de este grupo tambien he de incluirme, aunque suene a extra-abarcativo) se desentienda de nosotros, nos juzgue por locos, y se cree sobre nosotros ideas que van mas allá de alguna que otra sustancia no permitida... No, para nada! Esto es lo que nos mueve, lo que hace que querramos salirnos de la linea, que vayamos a contramano (como Pugliese, que ni con los pies para adelante fue por el carril que "debía"), que no nos importe tanto el que dirán cuando no viene acompañado de una caricia o una palmada en la espalda.
Y ahora si, me salgo de todo grupo, no busco ser igual a nadie, ni que nadie se quiera parecer a mi. Me basta, eso si, con que alguien en algun lugar piense qué locura estaré haciendo ahora, y que alguna de las aventuras en las que me gusta embarcarme, llene aunque sea a cuentagotas la vida de alguien...
Espero que disfruten este blog tanto como yo lo pienso disfrutar, y que no dejen de ninguna manera que el "asi estamos" le gane a la pulsión de poeta enamorado.
Parafraseando a ese amigo que tanto me da, este puede ser un buen comienzo, este puede ser un buen principio... PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE
Incertidumbre, cuando uno se embarca en algo, esto es lo que sobra. Y no hablo solo de mandarse a estampillar la frente y salir de gira por el universo, no no, hacerse un blog deja la misma sensación de "no saber".
Como dice un amigo: puede que todo siga igual, también puede que no sea asi, porque nada se puede predecir con exactitud, siempre existe un margen de incertidumbre en el conocimiento humano...
Incluso en estos tiempos diría mi Capitán Joaco, se nos da a los que gozamos de las letras por escribir en las paredes grises de los baños públicos poemas de Lorca y frases de Ismael Serrano. Aunque ciertamente no guarden demasiada combinación con teléfonos urgentes, opiniones unilaterales (a veces bilaterales incluso) y manchas de dudosa procedencia.
Nosotros, y me incluyo dentro de este grupo, no vemos como malo que la gente (dentro de este grupo tambien he de incluirme, aunque suene a extra-abarcativo) se desentienda de nosotros, nos juzgue por locos, y se cree sobre nosotros ideas que van mas allá de alguna que otra sustancia no permitida... No, para nada! Esto es lo que nos mueve, lo que hace que querramos salirnos de la linea, que vayamos a contramano (como Pugliese, que ni con los pies para adelante fue por el carril que "debía"), que no nos importe tanto el que dirán cuando no viene acompañado de una caricia o una palmada en la espalda.
Y ahora si, me salgo de todo grupo, no busco ser igual a nadie, ni que nadie se quiera parecer a mi. Me basta, eso si, con que alguien en algun lugar piense qué locura estaré haciendo ahora, y que alguna de las aventuras en las que me gusta embarcarme, llene aunque sea a cuentagotas la vida de alguien...
Espero que disfruten este blog tanto como yo lo pienso disfrutar, y que no dejen de ninguna manera que el "asi estamos" le gane a la pulsión de poeta enamorado.
Parafraseando a ese amigo que tanto me da, este puede ser un buen comienzo, este puede ser un buen principio... PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE
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