lunes, 30 de abril de 2012

De bares... (Vol. 1)

Pongámonos en situación. Imaginemos un bar, lleno de humo, historias, lágrimas y pasado. Los mozos, perdidos entre la escasa iluminación que prestan algunas bombillas de cálida y cansada luz amarillenta, llevan tragos a las mesas más lejanas de la barra, esquivando mujeres ajenas que ríen - o lloran - con muecas de madrugada. Una banda de jazz, como venida de otros tiempos, agrega la agonía necesaria, maquillada en solos de trompeta. Al fondo de la escena, nuestro hombre. Sentado solo, sosteniendo su cabeza con el brazo que apoya el codo en la mesa, cenicero a un lado, y una pila de papeles a medio escribir, y otros bollos de inoportunas ocurrencias. Bebe el último trago de whisky, y el frío de los dos hielos que le tocaron el labio superior se apaga con el beso a un cigarrillo que deja sin mirar, mientras toma su libreta y sin buscar rimas, ni compases, ni estructuras... escribe:


No voy a tirar la toalla
por más que el miedo me lo pida,
soy de los que lo arriesgan todo
para saborear la vida.

Y aunque la noche me sorprenda,
ladrando un perro amor de Luna,
no hago las paces con tu olvido
ni me encariño con ninguna.

Tengo un pasado
hecho a prueba de verdades,
sin amores de etiqueta,
de bares y Soledades.

Tengo la certeza de que mi futuro
no te abriga entre sus muros,
no la voy de tipo duro,
ni te intento convencer.

No pensar "no doy la talla",
mejor que tirar la toalla
es intentar comparecer
ante el juzgado de la vida.

Más que amiga, fuiste mía,
un minuto y no conté
las noches que en mi sueño
tu pelo al corazón lo enredo
y un perfume es respirar.

Y no tengo más poesía,
que la que dejé dormida
en tu almohada al despertar.

Y no tengo más excusas,
que un silencio que me escucha,
cuando se mueren las musas,
y está solo aquel andén.

Y me voy silbando bajo,
con mi pena bajo el brazo,
y una resaca de amor.

Si cumplí mitad de un sueño,
despertar es un infierno,
cada vez que me faltas.

Y el pasado me convoca,
y me provocan otras bocas,
pero vos que siempre estás.

Te comparo con la Luna,
y su brillo no me suma,
si con otra yo me engaño,
una historia, el desengaño

de saber que no sos vos,
y que no hay nostalgia peor
que añorar eso que nunca,
jamás, nunca nos pasó.


miércoles, 21 de marzo de 2012

Otoño dos 1000 doce

Estaba por irme a dormir, eran pasadas las 5 y no había mucho que contar en la web, pero se me vinieron ganas de escribir. A sabiendas de que el último Marlboro se había ido en "Resumiendo" de Sabina, apelé a hacer uso de los L&M de mi padre, para qué te voy a mentir. Lo que sigue es fruto de cantar un rato al son de Calamaro, Sabina, Ismael, de un cigarrillo y diez minutos, espero sepan disculpar, pero el otoño se merecía una bienvenida, y yo tenía algo que contar... Por cierto, recordé la fecha en la tercera estrofa (esto de ser sincero se me va de las manos).

Cuatro estrofas a las cinco

Me prestaron un atado enflaquecido
y la mañana se olvidó de amanecer,
cinco y media y apurando un cigarrillo,
que me parte el corazón y el café express.

La noche se perdió hace medio rato,
y no queda un gato infame en la pared,
las botellas ya no giran en la mesa,
a esta hora el cruel mañana es buen ayer.

Me acerco a una canción desesperada
y los veinte de Neruda es un Andrés.
Me amanezco más de otoño que de hazaña,
y me visto más de preso que de juez.

Bienvenidos sean los besos que me faltan,
porque escriben estos versos de después.
Cuando no hay alguien que invite a media cama,
no es justicia irse a dormir sin padecer.


jueves, 15 de marzo de 2012

Peor que peor ("te quiero, pero...")

Un préstamo de indultos insultados
a falta de rimas verdaderas,
un verso mal rimado con excusas
esperándote al final de la escalera.

Un tiro de gracia a tu salud
hundido en las cenizas del tabaco,
buscándole un futuro a Cenicienta,
cuando no entran ni la luz, ni los zapatos.

Pero peor que peor es el "pero",
que se clava deshaciendo al corazón,
que repite el estribillo de un "adiós",
cuando pisa los talones de un "te quiero".

Un "gracias por su compra, vuelva pronto",
un falso desacierto a la mentira,
consuelo para tonto otra saliva,
nostalgias que despiertan las caricias.

Un te quiero sin querer y susurrante,
manzana envenenada en caramelo,
idea de acefálica evasiva,
dos labios, más perdón, menos deseo.

Pero peor que peor es el "pero",
cual secuela de película de acción,
como ripio que no rima en la canción,
cuando sigue tras los pasos del "te quiero".

Un muñeco voo-doo vestido al tono,
la pasión como ficción hecha poesía,
una princesa de algodón y nicotina,
una víspera de anoche en agonía.

Un espejo roto a golpes por la suerte,
una lágrima mojando tu mejilla,
una tuya, tan de nadie, casi mía,
un escape de emergencia sin salida.

Pero peor que peor es el "pero",
desayunando la resaca del amor,
balada triste de premura de trombón,
cuando es la amarga guarnición de un insípido "te quiero".

jueves, 8 de marzo de 2012

Te tengo en mis manos

Te tengo en mis manos,
te sostengo, te acaricio,
te abrigo, te siento,
te entiendo, te veo.

Te tengo en mis manos,
te respiro, te contengo,
te observo, te tiemblo,
te puedo, te miento.

Te tengo en mis manos,
te escucho, te sobrepaso,
te compongo, te examino,
te apresuro, te contamino.

Te tengo en mis manos,
te deshago, te desoigo,
te desenfreno, te enderezo,
te acciono, te demuestro.

Te tengo en mis manos,
te convenzo, te descoloco,
te desvelo, te toco,
te interpreto, te mezclo.

Te tengo en mis manos,
en las yemas de mis dedos,
en el centro de tu boca,
y me tenés en tus manos.

sábado, 3 de marzo de 2012

Declaración de principios

Hoy que ya estoy para estos trotes,
y me va quedando chico el "qué dirán",
ya no abuso de los puntos suspensivos,
ni verdades entre falsos "ja-ja-ja".

Hoy que el sueño de ser alto
lo cambié por la esperanza de ser grande,
hoy que vivo y me desvisto
con la misma libertad.

Hoy que tengo a la poesía,
menos sueño que mentiras,
más palabras que saliva,
más presente que quizás.

Hoy que estoy, que no me voy,
que me encanta respirar,
que no temo a los fracasos,
ni me asusta el "nunca más".

Hoy que el niño acobardado
decidió alzar la mano y gritar una opinión,
pongo una coma al pasado,
y me embarco hacia la acción.

Hoy que afronto el paredón
que proponen tus silencios,
ahí donde el juzgado del amor,
manda a morir a los besos.

Hoy que no vendo mis ojos
echando culpas al destino,
y me arrojo sin pensar
hacia nuevos precipicios.

Hoy que de nuevo el corazón
corre a gritarme "¡estas vivo!",
y encuentro una palabra, una canción,
que me endulzan las mañanas y el oído.

Hoy y ahora responsable
de elegir mi fortuna en la ruleta,
de sacar un as de espadas de la manga
y apostar el alma entera en cada vuelta.

Hoy que tengo algún "te quiero" para dar,
y, salvando las distancias y los miedos,
te escribo lo que dicta mi deseo,
y me olvido del olvido y el azar.

Hoy que enfrenta una pregunta a la certeza,
hoy que prendo la luz a lo imposible,
y si enfermo de fracaso es por pereza,
hoy que tengo una promesa de invencible.

Hoy que me hago responsable,
que no tengo a quien rezar,
que soy dueño de mí mismo,
hoy soy siempre, y siempre más.

domingo, 29 de enero de 2012

Mi penúltima poesía

Mi penúltima poesía
no va a hablar de cicatrices,
ni de amor desamorado,
ni de urgencias o deslices.

No va a ser, les aseguro,
desnudez de mis complejos,
mucho menos una oda
dedicada a los espejos.

La penúltima que escriba
no va a ser de corazones,
o pasión desenfrenada
en impacientes ascensores.

Mi penúltima canción,
no está escrita en RE mayor,
ni va a ser catalogada
de las peores la mejor.

Mi penúltimo verso
me va a describir "don nadie",
y a tirar por estribor
mis mentiras y mis fraudes.

La impostura de valiente
que me enseñó Jean-Paul Sartre,
va a servir de mal ejemplo
a canallas y a cobardes.

Mi penúltima poesía,
no la va a dictar la diestra,
ni la tinta rojo sangre
que a las otras escribía.

Va a ser graffitti en el baño,
de cualquier sucia estación,
entre el vaho enmohecido
del pasado y el rencor.

Mi penúltima poesía
no la escribo para nadie,
ni para que se haga eco
de mi nombre Buenos Aires.

La firmará un tal Leandro
que nunca supo escribir,
que eligió dejar el lapiz,
malviviendo de aprendiz.

martes, 24 de enero de 2012

No te dejo de elegir

Me enseñaste a chamuyarme a la verdad
para ver si le sacaba una sonrisa.
Me enseñaste la amistad
que se esconde en el revés de una caricia.

Me enseñaste -casi todo-
lo que se puede enseñar,
me enseñaste a sumar y a restar:

A sumar nuevos abrazos,
a hacer cuentas y restar viejos fracasos.
Me enseñaste que hay que ponerle actitud,
que la vida está por dentro y no le gusta el ataúd.

Me enseñaste que la culpa no es amiga,
y que si hago de las mías tengo que poner la "face",
y reírme del derrumbe y las bondades del fernet.

Me enseñaste que las gatas,
sobre todo esas con botas,
no te abrazan, y te dejan en pelotas,
de propina queda la cara de idiota.

Y que no hay peor pecado
que olvidarse de poner el corazón,
me enseñaste que siempre hay alguna opción.

Me enseñaste, a las trompadas,
a buscar eso que me hace diferente
sin que importe lo que me diga la gente,
a mi me basta tu opinión.

Me enseñaste a no estar solo,
si te tengo de mi esquina
no hay peligro de knock-out.

Me enseñaste la verdad de la bondad,
y la piedad de las mentiras,
sos mi hermana pero la jugás de amiga,
y por mi parte no te dejo de elegir.

No las dejo de elegir.

lunes, 2 de enero de 2012

Rimas a tu desconfianza

Cargando en mi presente,
con las culpas del ayer
de algún otro inconocido,
que el dolor te hizo saber.

La desconfianza te come los labios,
y la impaciencia mi cabeza,
cada pregunta es un engaño,
en las respuestas no hay certeza.

No me das tiempo de mentir,
cómo esperás que haga lo propio,
si cada vez que te hablo en serio
la vas de cínica anti-novios.

Tengo un ayer, te lo confieso,
le hice un poema a más de una,
fidelidad solo al deseo,
la noche entera es de la Luna.

Pero hoy no vengo a chantajear
a tu confianza con consejos,
cursilerías de arrepentido,
voy del papel hasta los hechos.

Me tenés casi siempre en jaque,
arriesgo torres y peones por vos, reina,
pero está lleno de sangre mi tablero,
ya es la hora de que plantes tu bandera.

Y te atrevas a saltar hacia el "quién sabe",
y deshojes margaritas siempre impares,
que el amor es la ruleta, sumo y sigo,
y de hambre mueren los besos cobardes.

No me digas "buena suerte", ni "hasta luego",
no me alquiles mi "te quiero" a plazo fijo,
no me sepas de memoria el argumento,
deja que te toque el alma mi estribillo.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Sueño

Soñé con adoquines y con besos en francés,
una clase en la Sorbona, y correr por el andén.
Escribir un árbol, plantar al abandono a un libro,
tomar aire y beber "te quieros" de la copa del olvido.

Soñé con despertarme con vos,
y con voz de madrugada.
Soñé con lo que sueñan desertores
de las guerras que se libran en las camas.

Soñé con la combinación de mi piso y tu zapato,
con la acuarela desarreglada de una cortina,
con el tic-tac detrás mis costillas en tu oído
y las inconcientes verdades del deseo.

Soñé con serle fiel a mis preguntas y a tus miedos,
y desechar las decisiones cuando elige mi despecho.
Vía franca, infinitiva, perceptiva y visceral,
ensueño diurno hecho presente de las noches que vendrán.

Soñé que me soñaba dando vueltas en la cama,
soñando abrir los ojos pero no me despertaba.
Soñé que se asociaban tus silencios a los míos,
como cómplices, como lento, como nunca.

Soñé la discreción de una caricia
y el murmullo de una sonrisa al aire.
Con el brillo mudo del tacto
del espacio entre mis dedos y tu espalda.

lunes, 24 de octubre de 2011

Lunar de Avellaneda


Cruzando el río,
bajando por el puente,
en la esquina de la plaza,
casi al borde de las tres.

Un encuentro, una sonrisa,
una víspera de ayer,
qué difícil la poesía
si se busca enternecer.

Abrir los ojos y verla,
su sonrisa al despertar,
desayuno: beso y risa,
con caricias para untar.

Delimito con mis dedos
la geografía del deseo,
bordeando como sombra
cada línea de su cuerpo.

Y entrecruzando los sueños,
las piernas y las manos,
los susurros a lo oscuro,
y las ganas con los labios.

La textura de su aliento,
el latido de los dos,
el cabello hecho perfume,
el tacto, la habitación.

Su lunar es una estrella,
que indica la dirección,
en el medio de su pecho,
delante del corazón.

sábado, 10 de septiembre de 2011

La Belle Indiference (Rapeados Ripios sobre la Histeria)

No tenía disnea,
ni paralizado el brazo,
pero como a Cenicienta
le cabía este zapato.

Decía decir "no"
cuando decía "no se",
dejaba la puerta abierta
y se cerraba el negligée.

Te toma de la mano
y la suelta antes de tiempo,
"éste si que no me gusta,
es demasiado deshonesto".

Si le presentan otro,
medio lindo, intelectual,
"no, sacalo, es muy perfecto,
se parece a mi papá".

Histerica le dicen,
te pasa de cocción,
es de las que nunca pasa
de la charla hasta el colchón.

Histerica la llaman,
manzana envenenada,
te cela con su amiga
y la vecina de tu hermana.

Pero cuando le ganan
las ganas de ganarte,
no se toma su tiempo,
su placer es dominarte.

Te dice que te extraña,
pero tiene compromisos,
cuidás de tu autoestima
o te lo deja por el piso.

No busques entenderla,
no llames su atención,
si te ve medio caído
te dispara al corazón.

Nunca vas a conseguir
darle lo que ella te pide,
porque es una paradoja,
nunca quiere lo que exige.

Te trata de peón,
y te tiene en jaque mate,
te busca, te persigue,
pero solo va a dejarte.

No le escribas poesía,
no sigas su pasión,
si buscás enamorarla
no le prestes atención.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Urquiza esquina Venezia

Piercing adorna su boca
como flor en el ojal,
un lunar en la sonrisa,
la tinta en el anular.

No la nombro por si acaso,
no es mi afán comprometer,
ni tan Club, ni tan Araoz,
ni tan Banfield, ni tan diez.

Mi poesía amordazada
no se deja convencer,
si le digo que se calle,
y la nombra sin querer.

Diez Marlboro en cada charla,
su baldosa de llorar,
un pañuelo en torno al cuello
y las botas de montar.

No hay gollete en esta historia,
no hay grilletes en sus pies,
si la extraño más que a Clara,
en francés quizás "Je t'aime".

Dame un beso, media risa
y no me pagues el café,
si me olvido, recordame,
si te vas, me voy también.

Impares las estrofas,
es que así te gustan más,
si te pienso más que mucho,
te lo juro por Lacan.


lunes, 15 de agosto de 2011

Viernes de lluvia (Esquema fundamental para obtener una sonrisa)

Concentración,
extravío de auriculares,
tarareo, ojos cerrados.

El adoquín y la lluvia,
el cordón, la vereda,
dos zapatillas desatadas.

El auto que cruza,
la espera, el semáforo en rojo,
el paraguas, los charcos.

El viernes, los recuerdos,
los planes, los acertijos,
los libros, los cuentos.

Los enigmas, las verdades,
el diván, los escenarios,
la música, el ruido.

Los peatones, los zapatos,
las sombras, las hojas,
el barro, las baldosas.

Las canaletas, el granizo,
las ventanas, los faroles,
los puños en las mangas.

La colilla, dos dedos,
el viento, la humedad,
Buenos Aires.

Tu piloto, las botas,
tres pasos, dos segundos,
un de repente.

Tu perfume,
distracción, mi traspié,
tu sonrisa.


domingo, 31 de julio de 2011

Desnudando musas

Se me ha preguntado alguna vez cómo es que escribo, de dónde surge la inspiración, dónde busco.
Se me ha preguntado cómo describo, cómo cuento, cómo enumero.
La respuesta a todo esto es la propia pregunta. Cuando me pregunto qué tengo que ver, entonces ahí, ahí es donde empiezo a mirar.

Desnudando Musas

Desnudarla,
quitarle el maquillaje,
desvestirla de adornos.
Dejarla infinitiva,
que sea puro lienzo,
potencial.
Extraerla de su voz y sus gestos,
encender las luces,
apagar los juicios.
Mirarla detenidamente,
encontrar contornos,
sombras.
Buscarla,
observar su paso,
sus líneas, su ausencia.
Asumirla incorrecta,
inexacta,
y encontrar a la musa.


domingo, 10 de julio de 2011

Instrucciones para un viernes.

No dejes para mañana
las sonrisas que son de hoy.
No hables con la boca,
charla con los ojos,
mira con los oídos,
busca con los labios.

No culpabilices tus heridas,
no cuentes los días,
vive las horas,
saborea los momentos
y los besos,
que duran lo que un sueño.

Salpica con los pies en un charco,
cierra el paraguas,
abre los días y los párpados.
Devora el mundo,
desilusiona a tu egoísmo,
huele un perfume y detente a respirar.

Suénate el cuello y los dedos,
olvídate del pasado mañana,
cúrate de espanto,
quítate el bolso y las medias,
pon los codos en la mesa,
silva una de Sabina.

Cuenta un secreto,
canta frente al espejo,
sonríe en la peatonal,
despréndete otro botón,
confía en tu sombra,
ríe, nunca es demasiado.